lunes, 21 de diciembre de 2009

Tengo una vaca lechera


Por fin llegan las grabaciones de nuestras versiones, interpretadas por algunos de los autores. Podemos escuchar las "vacas lecheras" de Francisco Sigüenza, Delia García, Daniel León, Alberto Rodríguez, Rafael Benjumea y Victoria Ruiz.

Participan en esta grabación Francisco Sigüenza (0boe), Delia García Berraquero (saxo), Alberto Rodríguez (piano), con la colaboración especial de una tercera mano al piano de Carmen Calleja. Las versiones midi corresponden a las partituras de Rafael Benjumea y Victoria Ruiz.




Como parece ser que no nos sabemos la letra completa ni de dónde ha salido la canción, os dejo a continuación un documento histórico. ;)

viernes, 18 de diciembre de 2009

Acceso directo


He puesto un "botón" en la barra lateral para acceder directamente a la wiki de clase para ayudar a los desmemoriados.

Pasadlo muy bien estas semanitas y aprovechad para quitaros el trabajo de encima entre polvorón y polvorón.

¡Feliz Navidad!

lunes, 14 de diciembre de 2009

Elecciones a delegado/a

Me acaban de informar de que esta semana elegimos delegados en las colectivas, para que vayáis pensando en presentar vuestras candidaturas.

¡Ah! La primera reunión de delegados con el jefe de estudios será el martes 22 a las 16h en la biblioteca.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Proyecto I. Géneros y formas musicales

¡Nuevo reto! Tenemos hasta el lunes 11 de enero para trabajar en una wiki que nos aclare los términos "género" y "forma" musical, incluyendo definiciones, un poquito de historia, distintas clasificaciones, esquemas, imágenes, audio, vídeos, enlaces a webs, etc.

No se trata tanto de copiar y pegar texto (¡jum!) sino de hacer un repertorio interesante de enlaces y conseguir que nuestra wiki permita encontrar información de manera no lineal.

En breve recibiréis una invitación en vuestros correos a la wiki de clase.

El lunes que viene (14 de diciembre) haremos la clase en el aula de informática (aula 200). Tenéis esta semana para enredar, buscar información e ir haciéndoos con la herramienta.

El lunes revisamos los exámenes, aclaramos dudas, organizamos el trabajo -tened en cuenta que es un trabajo colaborativo en el que participará toda la clase- y nos despedimos en condiciones antes de las navidades. (¡Quiero turrón y polvorones!)

Por cierto, ¿el villancico es un género o una forma?

jueves, 26 de noviembre de 2009

Primer trimestre


Nuestro examen del primer trimestre será el lunes 30 de noviembre a las 17h y consistirá en el análisis formal y estilístico de dos obritas breves: uno a partir de su partitura y otro a partir de su audición. Tendremos una hora para ello.

Respecto a la audición, os recomiendo traeros un reproductor de mp3 si queréis escucharlo más veces que las tres reglamentarias del principio.

Aún no hemos profundizado en ningún estilo en particular, por lo que debemos saber que de lo que se trata no es de enumerar las características del estilo en cuestión, sino de seguir unas pautas metodológicas para "diseccionar" la partitura, realizando un análisis de los elementos morfológicos y sintácticos de los distintos procedimientos compositivos para obtener un acercamiento global y orgánico a la obra. Este estudio permitirá descifrar las claves que definen el estilo musical.

Todo lo que necesitamos está en el blog.

Y sí, podemos usar los apuntes en el examen. :)

martes, 24 de noviembre de 2009

La influencia de los textos

Teniendo en cuenta que gran parte de la literatura musical está de alguna manera relacionada con las palabras, un estudio estilístico global ha de tomar en consideración la influencia de los textos. Esta influencia afecta indudablemente más a la forma que a cualquier otro aspecto del estilo.


Al nivel conceptual más básico, el texto afecta a la elección de combinaciones vocales e instrumentales que va a efectuar un compositor. Igualmente, el sonido mismo de las palabras confiere a menudo un carácter y atmósfera.

De todos los elementos, la armonía haya sido probablemente la más explotada para dar expresión al texto, debido al poder de los acordes y las tonalidades para cambiar un carácter casi instantáneamente. A menudo, un cierto acorde o una disonancia catacterística es capaz de subrayar una palabra específica de manera eficaz y conveniente.

En los estilos contrapuntísticos, los sonidos específicos de las palabras mismas pueden aportar mucho a la claridad de la línea. Las consonantes "duras" (t, k, especialmente) pueden proyectar una serie de entradas imitativas más definidas.

En una dimensión más grande, el ritmo de las palabras produce metros coherentes, que infuyen a menudo sobre el metro musical de toda la pieza. Cuando el diseño métrico de las palabras es menos marcado o más variado, la expresión rítmica tiende a variar más ampliamente.

La influencia de los textos sobre la forma puede ser observada más directamente en las formes fixes de épocas pasadas y en el aria da capo (veremos ambos más adelante). Sin embargo, incluso cuando el texto es más libre, la organización de las palabras puede determinar básicamente la longitud de la pieza y la posición de las articulaciones importantes.

Más importante para el estilo es el hecho de que un compositor pueda repetir parte de un texto poniendo especial énfasis en ciertos puntos específicos y, a base de extensas introducciones, intercalaciones y codas, el compositor puede llegar a envolver completamente el texto en un diseño musical, de tal manera que ya no importe pensar en el texto como un determinante primordial, sino simplemente como una situación ante la que el compositor reacciona con una solución predominantemente musical.

Recapitulando, la evaluación definitiva del logro de un compositor tomará en consideración la realización del texto, pero al final seguirán siendo el grado de control del movimiento y de la forma musicales los criterios que permanezcan.

lunes, 23 de noviembre de 2009

La articulación


Como el requisito principal para evaluar las articulaciones es la conciencia general de su complejidad, vale la pena empezar por revisar los orígenes potenciales de las articulaciones disponibles:

1. Sonido. Cambios en la combinación, el tratamiento de la textura, el ritmo de textura, el nivel dinámico, el patrón dinámico.

2. Armonía. Cambios en la complejidad del tipo de acorde o vocabulario, ritmo acórdico, cadenciación, modulación, ritmo de tonalidad, duración y frecuencia de las disonancias, el tipo e intensidad del tejido.

3. Melodía. Cambios en el ámbito, registro, tesitura, densidad de la acción melódica, el estilo temático, el tamaño del diseño, el contorno.

4. Ritmo. Cambios en el estado general (estable, activo, direccional), continuum, diseños rítmicos de superficie, densidad rítmica de superficie, frecuencia de disonancia rítmica, complejidad polirrítmica, proporción de tensión, calma y transición, origen de la dimensión predominante, control entre interacciones.

5. Crecimiento. Cambios en el módulo en cualquier dimensión, grado de confirmación o superrelación entre los orígenes del cambio, elección de elementos coordinados.

La gran cantidad de potenciales que hemos mencionado se asocian entre sí dando lugar a articulaciones de distinto peso, a lo cual contribuyen tres aspectos por separado: la duración, el número de elementos que están contribuyendo y la superrelación entre los elmentos. Habría que añadir, además, la frecuencia en que el cambio es sí mismo puede cambiar, así como el grado de ese cambio.


La posibilidad de crear tipologías de articulación según los elementos participantes resulta obvia, pero tal vez para el crecimiento sea más significativa la tipología referida a la intensidad de la tensión. Estas articulaciones pueden dividirse en cuatro tipos:

1. Las estratificaciones, que incluyen tanto las anticipaciones del tipo de las anacrusas (arsis) al comienzo de las frases como las superposiciones al final de las mismas. Precisamente, el rasgo característico de las superposiciones es que aparecen en forma estratificada o incluso contrapuntística: una o más partes rebasan el límite articulativo establecido por las otras partes.

2. La elisión se refiere a la situación articulativa en que un solo compás puede servir tanto de compás de conclusión (a menudo sólo parte del compás) de una frase como de compás inicial de la frase siguiente. Sin embargo, este tipo de articulación no es contrapuntística: el compás de conexión suena en principio como una conclusión y sólo retrospectivamente nos damos cuenta de que también ha funcionado como un comienzo.

3. El truncamiento describe la eliminación completa del compás final de una frase mediante la intrusión demasiado pronta de la frase siguiente. Tanto la elisión como el truncamiento suponen la desaparición de un compás (y la elevada tensión que resulta de esta conexión) es más completa en el truncamiento que en la elisión.

4. La laminación. En todas las articulaciones anteriormente mencionadas. la interrupción o ruptura del módulo de la frase sacrifica como mucho un compás. Sin embargo, incluso en algunos estilos básicamente homofónicos, el desacuerdo de las articulaciones entre dos estratos de la textura puede continuar durante algún tiempo, dando un efecto de laminación que va más allá de la anticipación o la superposición.


¿Podríais decirme algunas piezas de vuestro repertorio que utilicen alguno de estos procedimientos de articulación? Si, además del nombre, nos dejáis en comentarios un enlace para que las escuchemos, mejor.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Tipología del crecimiento

La tipología y subtipologías del crecimiento son mucho más variadas y complejas que las de los otros elementos, debido a que precisamente el crecimiento es un elemento resultante que emerge de la combinación de los otros elementos.

La estructura debe utilizarse únicamente como una base de concepto. El objetivo de todo tipo de normativa suele ser el de presentar enteramente la matriz teórica del análisis del estilo no como un objeto en sí mismo, sino como un medio de ampliar y agudizar nuestra capacidad de realizar observaciones significativas y de reconocer los orígenes importantes del movimiento y de la forma.


Ocasionalmente encontraremos alguna razón para referirnos a distintas formas convencionales (rondó, forma sonata, aira da capo, etc.). Sin embargo, será más revelador deducir las tipologías desde las preferencias y prácticas individuales propias de cada estilo y cada compositor que desde las categorías inevitablemente generalizadas. Por esta razón, relegaremos el estudio de las formas convencionales al capítulo siguiente.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Estratificaciones del estilo


Tal y como hemos visto, las escuelas y los compositores prestan mayor atención a unos elementos que a otros según las épocas históricas y sus diferentes planteamientos estéticos. Entre las épocas que han llegado a ese control, encontramos períodos que los historiadores de la música tienden a agrupar de un modo indiferenciado como "de transición".

Aún así, podemos aprender mucho sobre la naturaleza de cualquier período transitivo observando en su estilo un tejido muy estratificado con algunos estratos bien controlados y otros en un estado primitivo de desarrollo o incluso en desorden. Esto explica el fenómeno enigmático de que podamos responder con firmeza, respecto a un compositor, en lo que se refiere a su melodía, por ejemplo, mientras que en otros aspectos suyos nos sintamos bloqueados.

Esta visión estratificada referida al estilo abre una serie de posibilidades para identificar los elementos estilísticos pioneros, los primeros en cambiar en una transición histórica concreta, al tiempo que nos señala con claridad en qué direcciones estaba avanzado o retrasado un compositor concreto en comparación con sus contemporáneos.

viernes, 20 de noviembre de 2009

El proceso de crecimiento

La idea estiloanalítica de la forma musical, tomada como elemento resultante y a la vez combinador, requiere un término nuevo que sirva para expresar la vitalidad de una propuesta funcional, así como para disolver las rigideces sugeridas por la palabra forma, lamentablemente estática.

La palabra crecimiento satisface estos requisitos, puesto que sus connotaciones incluyen el sentido de continuación expansiva y la sensación paralela de ir logrando algo permanente. Ambos aspectos del crecimiento, aunque decisivamente interactivos, pueden ser separados por razones analíticas en dos funciones paralelas: movimiento y forma.


Sólo a través de la acumulación de articulaciones puede ser reconocido el desarrollo de la forma (su configuración creciente). La fluidez de la música debe percibirse siempre como una corriente con afluentes de muchos tamaños provenientes de muchas direcciones, y nunca como una dispersión de estanques y largo, o peor todavía, cubos y cajas (compartimentos estancos) en cuyo interior el compositor "derrama" sus ideas.

Aparte de la expansión de los módulos en el movimiento, podemos estudiar el carácter funcional del material musical mismo, que pasa por cuatro fases de relevancia creciente, dirigidas hacia la delineación de la forma:

1. Heterogeneidad. Continua proliferación de ideas que son unificadas principalmente por un medio consistente. Estos procedimientos son característicos de la música antigua y se adentran hasta el Renacimiento.

2. Homogeneidad. Es el estado común de los materiales del Renacimiento y el Barroco, que varían en sonido y armonía, permaneciendo básicamente constantes en carácter melódico y rítmico.

3. Diferenciación. A medida que crece el control en el Barroco temprano, crece también el sentido de continuación hasta alcanzar un marcado material contrastante, definido normalmente entre áreas de un mayor o menor movimiento y una forma más o menos clara. Esto dará lugar a una organización más detallada de los temas.

4. Especialización. La creciente sofisticación del control formal, reflejada en imaginativas ramificaciones como opciones de continuación condujo a la comprensión de que ciertos tipos de temas se adecuaban particularmente bien a ciertas funciones formales.

En la forma sonata, por ejemplo, la primera sección exige temas enérgicos y poderosos, capaces de establecer la tonalidad e imponer al continuum un vigoroso movimiento; de este modo, al ser fácilmente reconocible, el desarrollo y la recapitulación pueden percibirse también sin dificultad. Las secciones de transición, en las que cae la responsabilidad de la modulación, precisan material motívico corto, susceptibles de una permutación flexible. Los temas secundarios producen a menudo un importante contraste con las secciones anteriores. Por último, para terminar la exposición, necesitamos cadencias decisivas, repetidas y combinadas con una gran actividad rítmica que aseguren un doble objetivo: la estabilidad de una articulación mayor sin pérdida del movimiento fundamental. Los intentos de satisfacer estos requisitos nos conducen a configuraciones especiales para los temas cadenciales (finales).



miércoles, 18 de noviembre de 2009

Tarea 5. Los patos en la playa

Además de la partitura de la base rítmica, en el área de archivos de nuestra asignatura encontraréis el audio en mp3 para un trabajo -por fin- de "orejas" y no de ojos.

Nuestra tarea es analizar la contribución de la armonía, la melodía y el ritmo a la forma de la pieza que trabajamos esta semana en clase.

¡Espero vuestras aportaciones!

martes, 10 de noviembre de 2009

Tipología del ritmo

A diferencia del sonido y la armonía, cuyos fenómenos respectivos (timbres, acordes) se pueden codificar en vocabularios, el ritmo se parece más a la melodía en cuanto requiere la conjunción de varios acontecimientos antes de percibir el sentido de movimiento.

Tanto en la melodía como en el ritmo este hecho concentra nuestra atención en la construcción de modelos o diseños que en los niveles del motivo y de la frase se pueden descubrir y tipificar con gran facilidad por la simple razón de que los diseños melódicos tienden a coincidir con los diseños rítmicos. De ahí que para comprender mejor los diferentes procedimientos rítmicos, nos atengamos a una rutina sistemática como la que sigue:

1. Localizar las articulaciones relevantes a la dimensión observada.

2. Hallar las tensiones propias de cada estrato rítmico (continuum, ritmo de superficie, interacciones) entre las articulaciones; establecer, si es posible, donde podría haber una tensión de control e identificar a continuación las áreas vecinas de calma y transición asociadas a esa tensión de control.

3. Seleccionar los tipos constantes de disposiciones rítmicas, de acuerdo con la duración relativa de los tres estados del ritmo.


¿Qué me podéis decir del ritmo de la siguiente pieza?


domingo, 8 de noviembre de 2009

Los estados componentes del ritmo

Muchas de las dificultades inherentes a la comprensión del ritmo surgen de la incapacidad de apreciar debidamente los numerosos y variados orígenes desde los cuales emergen los cambios de intensidad rítmica que producen el movimiento. La actividad en el ritmo acórdico puede llegar a confirmar cierta regularidad métrica, por ejemplo.


La recurrencia regular constituye sólo un aspecto del ritmo y el movimiento, y es posible que ni siquiera sea el más importante. Basándonos en esto, deberíamos buscar primero un espectro de intensidad rítmica, entendido desde una actividad relativamente baja a una actividad comparativamente alta. Las funciones rítmicas no son fijas, sino relativas, y hemos de estar preparados para identificar las tensiones activas y las relativamente inactivas, así como las tensiones estables y las relativamente inestables.

Como hipótesis general, se podrían distinguir tres estados de ritmo distintos dentro de cualquier espectro:

1. Tensión. Los niveles elevados de actividad procedente de cualquier origen pueden producir una tensión proyectiva de cualquier duración. La tensión debería entenderse como el impacto sentido en el punto crítico de cambio. Usaremos el término acento para referirnos a las intensificaciones breves, principalmente las que se dan dentro del compás; el de tensión o acentuación a las duraciones medias (como frase tensional) y el de énfasis para áreas más amplias de actividad intensificada.

2. Calma. En el polo opuesto del espectro, un estado de relativa estabilidad o pausa surge de los niveles más bajos de actividad rítmica. Una potencialidad del ritmo muy atractiva es la condición de calma relativa producida cuando un elemento se estabiliza mientros otros continuan su libre curso.

3. Transición. En la preparación de una situación tensa encontramos muchos estados transitivos de la actividad rítmica. En el repertorio más familiar a nosotros encontramos con frecuencia que esas transiciones casi siempre suelen ser preparaciones, a menudo a base de intensificaciones graduadas. Sin embargo, podemos igualmente encontrar situaciones más o menos estructuradas que hacen uso de transiciones recesivas o de retorno. Hablaremos entonces de transiciones ascendentes y descendentes, intesificaciones y desintensificaciones, preparación y recesión, activación y relajación, impulso y repliegue.

Los matices de diferenciación semántica pueden sugerir diferencias en el efecto rítmico expresado por el análisis. Las transiciones, así como las tensiones y los momentos de calma, no se adhieren a una longitud necesariamente rígida, sino que pueden tener una duración sumamente variable.

viernes, 6 de noviembre de 2009

El ritmo

Hablaremos ahora del más ambiguo y problemático de todos los elementos musicales: el ritmo.


El ritmo es un fenómeno estratificado. En sentido amplio, el ritmo surge de los cambios que se producen en el sonido, la armonía y la melodía, relacionándose en este sentido con la función del movimiento en el crecimiento. Y, por otra parte, la tensión es variable en cuanto a duración.

Las explicaciones sobre el ritmo incluyen, por lo general, solamente los aspectos inmediatos de duración temporal y el concepto de medida. En lo que al análisis se refiere, ambos planteamientos deben ser ampliados añadiendo una nueva categoría que recoja las influencias rítmicas aportadas por los otros elementos.

De acuerdo con este punto de vista, la impresión rítmica de un pasaje determinado puede surgir de estos tres estratos de acción: el continuum o regularidad en la jerarquía métrica, la organización temporal de valores o ritmo de superficie y las interacciones con el sonido, la armonía y la melodía.

1. El continuum tiene más alcance que el metro para representar la jerarquía total de expectativa e implicación en el ritmo; la consciencia de un pulso continuo del que inferimos una estructura de movimiento hace posible las notas mantenidas o los intervalos de silencio.

El centro de esta jerarquía es el pulso individual. La persistencia de este foco de continua expectativa puede manifestarse en el fenómeno de la síncopa, que sigue sintiéndose como disonancia rítmica aunque ninguna parte reafirme el continuum contra ella.

El continuum puede establecer también expectativas más amplias, tales como el fraseo periódico de 4+4+4 compases o, en el sentido opuesto, ofrecer divisiones más pequeñas como subdivisiones dobles o triples del pulso (corcheas o tresillos).

El tempo es la velocidad de operación del continuum, gobernado por la velocidad de ese pulso motor que ejerce un constante control. Las indicaciones de cambios en el tempo influirán obviamente en todas las dimensiones del ritmo.

2. El ritmo de superficie incluye todas las relaciones de duración, asumidas de un modo aproximativo cuando son representadas por los símbolos de notación.

3. Las interacciones surgen cuando el acontecer de los otros elementos plantea una condición de regularidad que puede ser sentida, ya sea como un refuerzo del continuum o como un patrón relacionado a los ritmos de la superficie.

La importancia de estas interacciones reside en que pueden proporcionar tensión y movimiento direccional a situaciones de suyo rítmicamente indiferenciadas, es decir, que contienen actividad sin dirección, como por ejemplo el flujo rítmico producido en los conciertos por alternancias de tutti y solo. Serían casi estáticas si exceptuamos el hecho de que sus cambios de trama (textura) producen tensiones intermitentes sin cambiar una sola nota.

Una sucesión repetida (aaaaaa) se puede convertir por la alternancia de fuerzas en un patrón diferenciado (por ejemplo, Aa Aa Aa). Para explicar este fenómeno en términos rítmicos, podemos decir que una serie de seis blancas en principio indiferenciadas cuando son presentadas en texturas alternativas pueden ser percibidas como grupos métricos de 2/2 o 3/2.

Aa / Aa / Aa - Aaa / Aaa

Lo mismo podríamos hablar de los ritmos de contorno melódico.



El ritmo armónico, especialmente en las pequeñas dimensiones (ritmo de acordes), brinda una serie de interacciones algo más fáciles de observar. En las medias y grandes dimensiones existen por lo menos dos fuentes significativas de interacción armónica. En primer lugar, todos los cambios que articulen el ritmo acórdico en modelos pueden producir un macrorritmo de frase o de sección. En segundo lugar, la duración de las tonalidades sucesivas producen ritmos subyacentes de tonalidad que indudablemente contribuyen al movimiento.

lunes, 26 de octubre de 2009

Tarea 4. Tonalidad expandida

Hoy hemos visto -y cantado- en clase un par de partituras pertenecientes a momentos de la historia de la música anteriores al establecimiento de la tonalidad unificada. En estas piezas, aún pudiendo hablar de armonía, las consideraciones de la línea melódica jugaban un papel predominante sobre lo vertical.

En la más antigua, los procesos armónicos pasaban constantemente de un centro tonal a otro sin establecer ningún sentido direccional consistente. En la posterior, veíamos una oscilación entre el modo mayor y su relativo menor sin que ninguno de los dos fuera el objetivo gravitatorio central.


Como tarea para el lunes 9 de noviembre (tenemos dos semanas por delante), vamos a continuar centrándonos en diferentes aspectos/fases de la tonalidad ampliada. Como futuros compositores que sois, vais a escribir cinco versiones del tema popular "Tengo una vaca lechera" en los siguientes estilos:

a) Diatonismo ampliado.
b) Cromatismo.
c) Neomodalidad.
d) Disonancia estructural.
e) Bitonalidad/politonalidad.

Si os atrevéis también con una versión atonal, yo os animo.

¡Las cosas se aprenden haciéndolas! Las partituras serán para piano solo o instrumento solista y piano. No os olvidéis traer los instrumentos el próximo día, que vamos a escucharlas -y grabarlas- en riguroso directo.

viernes, 23 de octubre de 2009

Tarea 3. Air de Lully

Empezaremos como analistas de estilo con esta piececita de Lully.


Tenemos que hacer un análisis desde el punto de vista del sonido, de la melodía y de la armonía, las perspectivas que hemos visto hasta el momento. No sólo se trata de enumerar sus características, sino de exponer con concisión -no hace falta irnos por las ramas- cómo estos parámetros contribuyen a la forma musical.

Cualquier pregunta, sugerencia o aportación serán bienvenidas en el blog.

jueves, 22 de octubre de 2009

Contribuciones de la armonía a la forma

La armonía puede clarificar tanto las articulaciones como los tipos de continuación mediante una amplia gama de procedimientos graduales.


Al menos cinco fenómenos armónico-tonales importantes pueden originar o reforzar una articulación: cambio de modo, cambio de tono, aceleración o desaceleración del ritmo acórdico (mayor o menor frecuencia de cambio), intensificación (o disminución) de la complejidad vertical e incremento (o disminución) de la frecuencia de la disonancia.

Estos cambios de "presión" armónica nos afectan de un modo particular. Todos estamos especialmente familiarizados con esas frases de cuatro compases que se mueven hacia una cadencia sobre la dominante, seguidas de una respuesta de otros cuatro compases más que regresan de nuevo a la tónica.

La opción de contraste tiene una deuda especial con la armonía, puesto que varias relaciones tonales aceptadas proporcionan la base principal a las formas convenciales.

Entre ellas, las funciones de área media en la dominante, el episodio de contraste en el relativo menor y la coda con el énfasis en la subdominante han establecido los caminos más usados en la historia de la música, expectativas tan normales que los compositores pueden producir una infalible sorpresa con sólo desviarse de esas rutas armónicas usuales. Finalmente, en el campo de lo no sorprendente, la prueba más sólida de que hay una repetición es, en la música tonal, el regreso del material principal en el tono original.


La armonía en las grandes dimensiones

Si las estructuras armónicas justifican que hablemos de tonalidades, debemos fijarnos en las preferencias que se tienen por unas tonalidades determinadas, así como la secuencia que se sigue de las tonalidades en los movimientos sucesivos.

El período barroco, por ejemplo, emplea muchísimo más las tonalidades menores que el período clásico. Los compositores, así como los diseñadores, tienden a cambiar el estilo en ciclos periódicos, de tal manera que determinados efectos que fueron rechazados por una generación pueden volver a ponerse de moda de repente, como si fueran nuevos descubrimientos. De este modo, el interés por las tonalidades menores, que podría ser considerado como un aspecto conservador de los compositores del primer clasicismo, podría ser un efecto prerromántico, y por lo tanto, progresivo y no regresivo, en compositores clásicos del período medio o tardío.

La historia de la tonalidad constituye un tema inmenso y muy complejo para tratarlo aquí si no es de un modo muy resumido. Empezando en la Edad Media con acordes producidos incidentalmente por la polifonía, los compositores van descubriendo gradualmente progresiones satisfactorias que incluyen cadenas direccionales (cadencias, secuencias, modulaciones), que permiten controlar y relacionar tramos de música de mayor extensión.

Hacia 1750, el eje tónica-dominante de la tonalidad unificada sustenta un pequeño universo de acordes jerárquicamente relacionados. Pero poco después, el creciente interés por el color armónico llega a debilitar el uso estructural.

Hablando en términos generales, los aspectos estructurales predominan antes de 1800 para después dirigir la atención más sobre el sentimiento (efectos dramáticos) y el color. Aunque todos estos desarrollos históricos naturalmente se superponen e interrelacionan, será conveniente relacionar cualquier estilo que nosotros estudiemos hacia una o más de las etapas siguientes de la evolución de la tonalidad.


1. Tonalidad lineal.

Es la sintaxis armónica del período que va de la más antigua polifonía hasta mediados del Renacimiento, donde las consideraciones de la línea melódica jugaban un papel predominante en la elección que determinaba lo vertical.


2. Tonalidad migratoria o pasajera.

Representa un tipo de proceso armónico observado principalmente desde el Renacimiento temprano hasta el último barroco que pasa constantemente, de forma pasajera, de un centro tonal a otro sin establecer ningún sentido direccional consistente ni ningún otro objetivo gravitatorio central.

En las obras posteriores, la gradual aparición del círculo de quintas como camino modulatorio característico, evidencia una conciencia de tónica-dominante, y un sentido más firme de control que la costumbre renacentista de asentarse en cualquier punto conveniente.


3. Tonalidad bifocal.

Constituye una etapa intermedia en el desarrollo hacia la tonalidad unificada. La podemos encontrar sobre todo en el siglo XVII y principios del XVIII, y se caracteriza por la oscilación entre el modo mayor y su relativo menor. Los dos centros parecen tener prácticamente igual importancia, de ahí el término "bifocal".


4. Tonalidad unificada (o simplemente, tonalidad)

Se trata de una jerarquía funcional de acordes centrados en torno a una sola tónica, característica propia de la música desde cerca de 1680 a 1860. Este sistema representa una lenta acumulación de experiencia armónica, que se establece gradualmente mediante una serie de continuas pruebas tendentes a fijar un conjunto de eficaces convencionalismos sobre la progresión de los acordes, la resolución de disonancias, la modulación y las relaciones tonales a gran escala.

Las dos ideas reguladoras de esta evolución fueron: a) la direccionalidad, derivada de la tensión y resolución, y b) la unificación, lograda al relacionarse todos los procedimientos y estructuras armónicas en torno a un único centro.

La influencia más significativa de la tonalidad se deriva no tanto del control de su vocabulario armónico, gramatical y sintáctico, como de la conducción tensional que comunica a las formas musicales al combinarse con la estructura temática y el contraste instrumental. Esta nueva relación hace posible una repentina y enorme expansión de las formas instrumentales.


5. Tonalidad expandida.

Los compositores extendieron rápidamente sus recursos armónicos durante el siglo XIX en busca principalmente del sentimiento o del color descriptivo. Este enriquecimiento tendió también a descentralizar el carácter centrípeto de la tonalidad unificado. Algunas innovaciones típicas de la tonalidad expandida son:

a) Diatonismo ampliado, que incluye acordes por terceras superpuestas más extensos que los habituales y libre cambio de modo sobre el mismo tono.

b) Cromatismo, que incluye acordes alterados y modulación entre tonalidades alejadas o relacionadas cromáticamente.

c) Neomodalidad, que explota el "sabor" antiguo de las progresiones modales, en particular de aquellas que poseen un carácter antitonal (I-bVII, Vm-I, etc.), modalidades exóticas (escala de tonos enteros, modos folclóricos, etc.).

d) Disonancia estructural, que empieza con la sexta añadida y que continúa con acordes normalmente disonantes, tales como I7, aceptadas como estables. También expande la combinación de acordes (poliacordes) como estructura vertical continua.

e) Bitonalidad y politonalidad, producidas por la proyección del principio de disonancia estructural a las medidas de grandes dimensiones, de manera que dos tonalidades distintas pueden avanzar como estructuras paralelas.


6. Atonalidad.

Consiste en la evitación consciente de la tonalidad empleando procedimientos antitonales, junto con el desarrollo de un sustituto sintáctico como es el serialismo no-tonal.

En su contribución a la forma, la armonía de las grandes dimensiones posee el poder esquematizador que ya observamos en el sonido en la gran dimensión.

La tonalidad puede recordarnos el retorno en un aria da capo, de forma tan llamativa como el material temático y realmente haríamos bien en pensar en la tonalidad como parte del carácter temático, no limitando el concepto del término tema a connotaciones melódicas. En general, los contrastes de carácter armónicos sirven también para distinguir entre sí las partes y los movimientos.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Algunas consideraciones sobre la armonía


1. Identidad del acorde

Un problema generalizado, desde el punto de vista de la armonía, es la cuestión universal sobre la identidad del acorde o, mejor dicho, de dónde hay un acorde. Nosotros extenderemos el significado de acorde, por lo que debemos recordar:

a) que las tríadas u otros acordes de terceras superpuestas no son necesariamente las estructuras verticales más importantes de un estilo, y

b) que las funciones de tensión y color existen en todos los estilos por muy alejadas que estén las relaciones vertical-horizontal de los conceptos familiares de acordes, progresiones y tonalidades.


2. Estilos disonantes

Para reconocer las "reglas" de un estilo inhabitual a nosotros tenemos que abrir la mente a otras posibilidades. En principio puede parecer duro aceptar un estilo en que un intervalo normalmente disonante (¡disonante para nosotros!) sea tratado como más estable que un intervalo que normalmente ha sido considerado por nosotros como consonante.

Si escuchamos un canto oriental acompañado de un bordón de dos notas separadas por una segunda, ciertamente en un primer momento sentiremos ese zumbido como una disonancia, pero al seguir persistiendo, su estabilidad obliga al oído a reconocerlo como consonancia.

Para argumentar mejor este punto de vista, cualquiera que sea la convención, en nuestro análisis tomaremos tres puntos relacionados:

1. Hallar las estructuras armónicas estables.
2. Hallar el origen de la máxima tensión.
3. Establecer una gradación entre estabilidad y tensión máxima.


3. El contrapunto

En las primeras fases de estudio y audición de la música es útil colocar la armonía y el contrapunto como polos opuestos, contrastando lo horizontal (planteamiento lineal) con lo vertical (planteamiento acorde-bloque). En realidad, los compositores no suelen mantener normalmente estas rígidas distinciones. El barroco, por ejemplo, combina los extremos dentro de un "contrapunto saturado armónicamente", por usar la frase de Bukofzer.

Por razones prácticas se necesita un sólo término, y dado que la palabra armonía tiene unas connotaciones bastante amplias, parece la opción más natural también como término denominador de ambos, reservando el término "acórdico" como alternativa a "contrapuntístico".

lunes, 19 de octubre de 2009

La armonía

La armonía, vista como elemento analítico del estilo, no sólo comprende el fenómeno del acorde asociado con el término, sino también todas las demás relaciones de combinaciones verticales sucesivas, incluyendo el contrapunto, las formas más o menos organizadas de la polifonía y los procedimientos disonantes que no hacen uso de las estructuras o relaciones "familiares" de los acordes.


Si pasamos revista a la música que conocemos en todo el mundo, la historia de la música occidental (y la que de ella se deriva) sobresale inmediatamente por su énfasis centrado en la armonía. Este énfasis ha producido una sofisticación del sistema referido a la armonía que va más allá de la organización de los otros elementos. La complejidad de este sistema justifica una comparación con el lenguaje, con sus niveles interrelacionados de palabras, gramática y sintaxis.

Debido precisamente a la firme organización de este sistema, podemos diferenciar más claramente, en muchos períodos de la historia de la música, el comportamiento de ciertos convencionalismos de la armonía. Estos convencionalismos ayudan considerablemente al análisis del estilo, puesto que proporcionan un conocimiento sobre tendencias progresivas, convencionales o regresivas del estilo armónico de cualquier compositor, distinguiendo lo que es común de lo que es extraño y original en el uso de los acordes, progresiones y modulaciones.



La armonía produce su impacto a través de una serie de relaciones que pueden variar radicalmente entre los diferentes compositores, escuelas y épocas. Por ejemplo, una nota de paso diatónica que nosotros reconocemos claramente como disonante dentro del convencionalismo armónico de la época de Mozart, puede ser el procedimiento más consonante observable en un pasaje de Richard Strauss.

Por esta razón, tenemos que volver a unos conceptos mucho más primitivos y fundamentales de la función armónica con el fin de obtener una generalización lo suficientemente amplia como para poder servir a todos los requerimientos del análisis de estilo. Esas dos funciones de la armonía son:

1. Color. El color armónico es en muchos estilos el recurso afectivo más instantáneo de la música. Somos conscientes inmediatamente de los cambios producidos de las formas de acordes mayores a las menores, cuartas y quintas vacías frente a triadas y séptimas, posiciones cerradas frente a abiertas (esto tiene también que ver con el factor sonido que ya hemos visto), relaciones entre tonalidades oscuras (bemoles) y luminosas (sostenidos). También podemos descubrir valores de color respecto a la mayor o menor disonancia.

2. Tensión. Desde el momento en que podemos hablar de "resolución" de un acorde o de una disonancia (obviamente, porque la sentimos), eso significa que las relaciones armónicas ejercen efectos intrínsecos de tensión; igualmente, en dimensiones más grandes somos también conscientes de áreas de estabilidad e inestabilidad en relación a un punto de partida.


Igualmente básico para la observación del fenómeno armónico es la necesidad de distinguir entre lo esencial y el detalle; en términos de forma, entre las funciones estructurales y ornamentales.

Aunque podamos deducir algunas claves de las funciones armónicas estructurales a base de buscar su confirmación mediante otros elementos, el principal determinante será la duración.

Sin embargo, debido a la naturaleza extremadamente diversificada de la armonía, este criterio puede no ser suficiente. Para satisfacer esta situación y los requisitos consiguientes, será necesario determinar a menudo una dimensión específicamente armónica, el módulo armónico, la unidad característica del movimiento armónico, que no va a ser necesariamente un tiempo métrico.

jueves, 8 de octubre de 2009

Tarea 2. Texturas

La tarea para esta semana es escuchar, escuchar, escuchar.


Buscaremos ejemplos de las diferentes texturas que hemos visto en clase (homofónica, contrapuntística, con polaridad melodía-bajo, melodía acompañada y especializadas por secciones) para mostrar a los demás.

De cada ejemplo haremos una breve descripción de la dinámica y el timbre, y explicaremos cómo la textura contribuye a la forma.

No olvidéis traer las grabaciones en un pendrive, que por el momento no tenemos el lector de CD operativo.

martes, 6 de octubre de 2009

Contribuciones del sonido a la forma


Si las funciones rítmicas del sonido parecen más bien elusivas, las contribuciones que hace a la forma las compensa por su claridad, pues los cambios en el sonido son los que producen las articulaciones más fácilmente observables en cualquier flujo musical.

Cuando, por ejemplo, dudamos de las puntuaciones de una serie de ritmos complejos de superficie o de la superposición contrapuntística de las líneas, son las articulaciones del sonido, tales como el cambio de las voces cantadas a los instrumentos o del forte al piano las que nos resitúna de un modo inequívoco.

El sonido ocupa también un lugar muy destacado en la modelación formal, primeramente como un refuerzo de la memoria temática (es más fácil notar la reaparición de una idea si el color del sonido también recuerda una aparición anterior) y, en segundo lugar, como una fuente de variedad y desarrollo en la presentación de las ideas.

lunes, 5 de octubre de 2009

El sonido

El sonido, como categoría analítica del estilo, incluye todos los aspectos del sonido considerado en sí mismo en lugar de observarlo como materia prima de la que se sirven la melodía, el ritmo o la armonía. Las observaciones sobre el sonido se agrupan en tres apartados básicos:

  • Timbre: colores que elige el compositor (vocal, instrumental, etc.)
  • Dinámicas: intensidad del sonido, tanto la indicada específicamente por los matices como la que se desprende de la disposición de fuerzas empleadas en la pieza
  • Textura y trama: disposición de los timbres, tanto en momentos determinados como en el continuo despliegue de la obra


1. El timbre


Entre los elementos que más caracterizan un estilo están:

a) La elección de timbres: cuerdas, madera, metales, percusión, sonidos electrónicos, exóticos, concretos, voces femeninas, masculinas, de niños, etc. o combinaciones de todo lo anterior.

b) El ámbito, que es el espacio en el que nos movemos o espectro total de frecuencias empleadas. Preferencia por ámbitos o registros específicos (tesituras) y combinaciones; interés en explotar, o quizás forzar, ámbitos extremos, recalcando sus cualidades parciales en lugar de mantener un equilibrio continuado.


c) Grados y frecuencia de contraste tímbrico, van a contribuir significativamente a perfilar un estilo. Instrumentalmente, el compositor puede optar por desplazarse de los instrumentos agudos a los graves, entre distintas familias o secciones o agrupaciones mezcladas de voces o instrumentos. La duración de etos cambios, que van desde confrontaciones repentinas hasta transiciones graduales, ejerce una profunda influencia sobre el efecto de la composición.

d) Idioma: especiales posibilidades de los instrumentos, efectos, golpes de arco, golpes de lengua, pizzicato, armónicos, frullato, sordinas, etc. Hay algo más importante, el analista de estilo debe comprender también las expansiones innovadoras del compositor sobre la técnica instrumental, como las de la escritura virtuosística para piano de Liszt.


2. Dinámica



Al contacto con la práctica tendemos todos a identificar las dinámicas con aquellos signos escritos sobre la partitura que se refieren al matiz, tales como el piano, forte o crescendo. Sin embargo, las dinámicas deben incluir todos los aspectos de intensidad sonora, todos los matices implícitos en la inflexión musical, sin importar si son indicados por signos específicos o no. Al igual que comprendemos las dinámicas escritas explícitamente, debemos también ejercitarnos en observar la realidad concreta de la música, calculando el flujo de intensidades a través de la confluencia de fuerzas de intensidad de las tesituras agudas o el efecto sobre la intensidad al combinar tímbricamente ciertas mixturas instrumentales.

Deberíamos considerar los siguientes puntos:

a) Tipos de dinámicas: tendremos que incluir en este vocabulario efectos dinámicos señalados o no, desde la más fuerte hasta la más suave, indicando los niveles dinámicos más frecuentes y característicos, así como detalles individuales tales como la adicción al sforzando o "excentricidades" del tipo pf.

b) Grados de contraste: Las diferencias estéticas y de expresión en las distintas épocas producen unos grados de contraste dinámico sorprendentemente cambiante. Mientras la gradación de piano a forte es suficiente para muchos compositores barrocos y del primer clasicismo, en Beethoven encontramos expandido el grado de contraste por lo menos un nivel más en cada dirección, y Mahler necesita a menudo de estrechas yuxtaposiciones de fff y ppp.

c) Frecuencia de contraste: Menos obvia, pero quizás más reveladoradel estilo, es el intervalo de tiempo transcurrido entre diferentes niveles dinámicos, que puede ir desde la sucesión inmediata de dinámicas bruscamente contrastadas pasando por cambios de tipo más gradual tales como crescendos hasta gradaciones más prolongadas del aumento o disminución de la intensidad.

Vistos en su conjunto, el grado y la frecuencia de contraste dan lugar a dos procedimientos dinámicos fundamentales:
  • Dinámicas en terraza (escalonadas o en bloques), como sucede en la alternancia de fuerzas y densidades del tutti y el concertino en un concerto grosso.
  • Dinámicas en pendiente, donde los cambios graduales de fuerzas realizan una transición a través de una pendiente sucesiva hacia planos más altos o más bajos.


3. La textura y la trama


Como la textura cambia en la música a cada momento, el problema principal del analista reside en descubrir unas cuantas generalizaciones útiles para agrupar múltiples observaciones.

Los detalles verticales se pueden describir directamente con términos como delgado y grueso, simple o duplicado, continuo o entrecortado, alternado o superpuesto, equilibrado o cargado de arriba o abajo, puros o mixtos entre las voces y los instrumentos. Constituye un buen método el restringir el significado de textura a combinaciones particulares y momentáneas de los sonidos; y también, continuando nuestra analogía con las telas, mencionaremos la trama para referirnos al tejido continuo de conjunto de las texturas y niveles dinámicos. En el transcurso de la historia de la música han surgido y sobrevivido tipos muy diferenciados de tejidos musicales, resultado de convencionalismos de la extensión textural:

a) Homofónico, homorrítmico, en acordes: referido a estilos cuyos acontecimientos textuales tienen lugar más o menos simultáneamente.

b) Polifónico, contrapuntístico, fugado: referido a estilos que presentan en la textura una vitalidad superior resultante de una mayor variedad rítmica y melódica de los distinos hilos y capas de la trama.

c) Polaridad melodía-bajo: textura característica del barroco elaborada en la trama trío-sonata (típicamente dos violines más bajo continuo)

d) Melodía más acompañamiento: trama temática, orientada por acordes, familiar a gran parte de la música clásica y romántica.

e) Texturas especializadas por secciones: instrumentaciones más sofisticadas, desarrolladas por los compositores para producir efectos orquestales, asignando funciones de sostén a los metales, duplicación o antifonales a las maderas, o para dar relevancia (como soporte o alternativa) a la melodía principal, al acompañamiento y a las cuerdas en su función de bajo.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Tarea 1. La melodía de El Padrino

En clase hemos escuchado y analizado "de oído" distintos fragmentos melódicos pertenecientes a música de diferentes géneros, estilos, tiempos y lugares. En ellos tratábamos de reconocer el "crecimiento" y la contribución de los elementos melódicos a la forma.

Aquí os dejo la tarea para los ausentes y para los olvidadizos. Si pincháis sobre la imagen la podéis guardar en un tamaño bueno para imprimir:


Os recuerdo que también había que pensar en una melodía corta conocida por todos para exponer brevemente de manera individual en clase. Podéis traeros la grabación en mp3 en un pen para que la podamos escuchar todos.

martes, 29 de septiembre de 2009

Contribuciones de la melodía a la forma

La melodía contribuye muy significativamente en la forma por medio de las ramificaciones melódicas del diseño temático. Aunque un tema ocasionalmente podría componerse simplemente de un sonido, una armonía o un ritmo aislado, el diseño temático normalmente está mucho más organizado en la melodía que en los otros elementos, posiblemente debido a que la experiencia que tienen los oyentes y los compositores de la melodía es más directa y está más profundamente enraizada (por ejemplo, somos capaces de tararear una melodía para nuestros adentros).

Por esta razón, nuestras principales impresiones se centrarán en el diseño temático de frases, períodos y párrafos.


Deberíamos tener presente que en cualquier punto de articulación, el compositor tiene cuatro opciones básicas: recurrencia, desarrollo, respuesta y contraste, que aunque pueden aplicarse a cualquier elemento como procedimiento generador de forma, encuentran en la melodía el espacio más apropiado para su exposición.

a) Recurrencia.

Incluye tanto la repetición inmediata, la forma más simple de continuación (a a), como también el retorno después de un cambio (a b a), potencialmente uno de los procedimientos de creación de forma más altamente desarrollados.

b) Desarrollo.

Incluye todos los cambios que derivan claramente del material precedente, tales como variación, mutación, secuencia y otras formas de paralelismos, además de las técnicas de inversión, disminución, aumentación y retrogradación de motivos.

c) Respuesta.

Incluye continuaciones que ejercen un efecto de antecedente-consecuente, aun cuando no se deriven específicamente del material consecuente.

d) Contraste.

Constituye un cambio completo (a b), seguido normalmente (y confirmado) por una gran articulación separada por cadencias y silencios.


No resulta siempre fácil fijar la línea divisoria entre las categorías de desarrollo y de la respuesta, pero da buen resultado pensar en el desarrollo como en una continuación estrechamente relacionada con la melodía y, en cambio, poco o nada relacionada con los otros elementos.

Otra posibilidad de definir el desarrollo sería la de incluir en él únicamente cambios ornamentales, dejando los cambios estructurales como característica de la respuesta.

lunes, 28 de septiembre de 2009

La melodía

Para muchos oyentes, la melodía es el ingrediente más importante de una pieza musical.

Básicamente, una melodía es una sucesión de notas de diferentes alturas, organizadas de manera que tengan un sentido musical para el oyente. Por lo general, la duración (larga o corta) de cada nota en relación con las demás también desempeña un papel importante.


Sin embargo, y sin obviar el componente cultural y social, la reacción que una melodía produce en cada individuo es muy personal. Aquello que para un oyente posee sentido musical puede ser interpretado por oro como un montón de notas sin sentido alguno y una melodía que una persona percibe como de gran poder expresivo puede no conmover a otra en absoluto.

Algunas características de una melodía pueden ser:
  • su contorno o perfil: el ascenso y descenso de las notas; la curva –bien sea ascendente o descendente- que va formando en el espacio y el tiempo musical;
  • su ámbito (la distancia entre la nota más grave y la más aguda): estrecho, medio, amplio;
  • si se mueve principalmente por pasos (grados conjuntos), por saltos (intervalos más amplios) o por una mezcla de ambos;
  • el tipo de escala sobre la que se basan sus notas: mayor, menor, quizás un modo, algún otro tipo de escala;
  • su estructura y su fraseo: repetición y/o variación de motivos.

Los ingredientes de la música

Cuando un compositor crea una pieza musical trabaja con varios elementos importantes que podrían llamarse los “ingredientes” básicos de la música. Estos elementos incluyen:
  • La melodía
  • El ritmo
  • La armonía
  • El timbre
  • La textura

El aspecto esencial sobre el que descansa toda la composición musical es la forma, que es la estructura general de la música, el modo en que se moldean los elementos y se construye para conseguir un todo equilibrado.

Otros factores importantes en los que el compositor se apoya para conseguir el efecto y el impacto deseado con la composición son el tempo (velocidad), la dinámica (distintos grados de intensidad) y la expresión (que incluye también el carácter).


Utilizamos la palabra estilo principalmente para describir las maneras características en las que los compositores –de diversas épocas y diferentes lugares del mundo- combinan y presentan estos ingredientes básicos en su música.

En algunos tipos y estilos de música, todos estos ingredientes resultan fáciles de identificar; en otros, sólo algunos de ellos están presentes. Por ejemplo, la música de comienzos de la Edad Media y gran parte de la música de las culturales orientales no hacen uso de la armonía, y algunas composiciones del siglo XX no contienen melodías de ningún tipo.

La manera especial en que se tratan, equilibran, combinan y presentan estos ingredientes musicales es lo que hace que una composición tenga el “sabor” o estilo propio de su período histórico y quizás también de su procedencia geográfica, proporcionando al mismo tiempo “elementos de distinción” característicos mediante los cuales es posible identificar el estilo musical de cada compositor.

Como sabéis, la historia de la música se puede dividir en diferentes períodos de tiempo. En términos generales, cada uno de estos períodos se identifica por su propio estilo musical característico. Sin embargo, es importante tener en cuenta que un estilo no cambia repentinamente de la noche a la mañana. Se trata de un proceso gradual, y a veces pueden superponerse estilos diversos, resultando que un estilo “nuevo” surge a partir de otros más antiguos.
La música del período más antiguo que vamos a estudiar este año con algo más de profundidad recibe el nombre de música medieval y dura aproximadamente hasta la mitad del siglo XV. También estudiaremos la música renacentista (aprox. 1450-1600) y haremos una primera introducción a la música barroca (1600-1750), cuyo estudio continuaremos en el siguiente curso.


Antes de empezar a analizar la música de estos períodos, investigaremos un poco sobre estos cinco ingredientes básicos de la música que comentábamos al principio y la relación entre ellos.

domingo, 20 de septiembre de 2009

¿Estilos y formas?

La asignatura de Estilos y Formas Musicales se coordina con las asignaturas de Fundamentos de Composición y Composición y cubre la vertiente analítica, indispensable para la consecución de un conocimiento global y orgánico de la realidad musical.


Nuestro trabajo se basará en el análisis de los elementos morfológicos y sintácticos, abordando de forma práctica el estudio de los distintos procedimientos compositivos de los estilos más representativos. Este estudio permitirá descifrar las claves que definen un estilo musical, tanto de forma general, como referido a un compositor determinado.

De igual manera, el conocimiento profundo de la forma musical resultará esencial, tanto para el futuro intérprete como para el futuro compositor.